Sobre mí

Me llamo Víctor, vivo en una isla semidesértica en el océano Atlántico llamada Fuerteventura. Vine hace muchos años atraído por su tranquilidad y lado salvaje. He disfrutado y sigo haciéndolo de todo lo que ofrece, pero con el paso del tiempo han hecho mella en mí también sus carencias. Lo "verde" y las estaciones, es sin duda lo que más echo en falta, despertando en mí un deseo reavivado de reencuentro. He tenido la suerte de viajar a los 5 continentes y conocer muchos países, aprender de otras formas de vida y reflexionar sobre mí a través de los demás. De todos los viajes, hubo un país que me cautivó, caminar por sus bosques me hizo retroceder en el tiempo, cuando el hombre aún no producía transformaciones significativas en el medio, un lugar "primitivo", donde el ritmo de la Naturaleza predominaba y sus gentes se adaptaban a él.

Pasé parte de las vacaciones de mi niñez de acampada junto al río Estena, cerca del pueblo Navas del Estena, lo que hoy es el Parque Nacional de Cabañeros. He caminado por gran parte de las cordilleras y macizos de España y Portugal, he buscado a mis queridos osos en los bosques boreales, en la isla de Hokkaido, en los Adirondacks, en la cordillera del Himalaya, en los Balcanes, y como no, también en los Picos de Europa (de los pocos lugares donde los ví). He visto muchos tipos diferentes de hábitats, de paisajes y gentes, pero de todos esos lugares siempre recordaba uno por encima de todos, aquella experiencia en el bosque cambió mi destino, bueno no sólo el mío. Después de varios viajes a Rumanía, y tras muchas casualidades afortunadas, compré una casa de madera en un valle aislado de los Cárpatos. Decidí conocer un lugar a fondo en vez de seguir viajando a lugares nuevos, hasta ahora había visto pero aún no sabía mirar. A lo largo de éstos años transcurridos, y gracias a mis amigos y gente local, se ha ido despertando un deseo cada vez más fuerte de conocer lo que me rodea, aprender los misterios de la Vida. He tenido experiencias increíbles, he visto la Belleza de muchas maneras y me he sentido un ser completo. No siempre fue fácil, hubo momentos duros, vivir en la naturaleza es también sacrificio, esfuerzo físico, y aprender que las cosas siempre terminan por arreglarse, aunque a veces no sea tan rápido como tu quisieras.


Me siento dichoso por todas esa experiencias maravillosas vividas, de lo que he aprendido y sigo aprendiendo, y ahora siento que ha llegado el momento de compartir este "tesoro" con los demás. Como dice el sabio "la felicidad sola no es verdadera felicidad".

PDT: El que está en la foto conmigo es mi perro Jango. Decir que este proyecto es posible gracias a mis amigos y mi familia, en especial a mi mujer Laura.